Proyecto de Ordenanza
Proyecto de ordenanza Declarando de Interés Municipal el 20º aniversario de la creación del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.-
Expediente: HCD-1062/2013
Autor: Soledad Espina
Bloque: Frente para la Victoria P.J.
Proyecto de ordenanza Declarando de Interés Municipal el 20º aniversario de la creación del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.-
Autora: Soledad Espina.-
ORDENANZA
Visto:
La conmemoración del 20ª aniversario de la creación del CGPBB;
Y considerando:
Que en la década de 1990 se produce un proceso de reforma del Estado mediante el cual muchas de sus facultades y áreas de injerencia fueron transferidas a otros sectores tanto públicos como privados y los puertos no resultaron ajenos a esto. Así fue que en junio de 1992 se sancionó la Ley 24093, denominada de Actividades Portuarias, que facultó el traspaso a las provincias de aquellos puertos que eran propiedad nacional;
Que trece meses más tarde la Legislatura provincial sancionó la Ley 11.414, por la cual se crea el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca y se aprueba su estatuto de funcionamiento. En 1993 gobernaba la provincia el doctor Eduardo Duhalde, quien aprobó el 15 de julio de ese año las designaciones efectuadas para la integración del primer Directorio. Este órgano quedó integrado por nueve miembros representantes de todos los sectores –públicos y privados- involucrados en el quehacer portuario. Su presidencia es ejercida por el miembro representante del gobierno de la provincia de Buenos Aires, a quien acompañan un representante por la Municipalidad de Bahía Blanca, dos por las asociaciones sindicales de trabajadores, uno por las empresas prestatarias de servicios y uno por los concesionarios y permisionarios. Los armadores y agencias marítimas, los productores primarios de mercaderías y los sectores de la comercialización también suman un representante cada uno;
Que la rapidez de las acciones presagiaba una impostergable voluntad de ser y crecer. Así, sólo una semana más tarde asumen los miembros sus funciones, bajo la
presidencia de José Egidio Conte. Lo acompañaban Oscar Doria, Adalberto Thomas, Arturo Hosch, Valentín Morán, Vicente Andreani, Reinaldo Reiner, Carlos Sosa y Andoni Irazusta. Finalmente, el primer día de septiembre de ese año las sirenas de los navíos amarrados en Ingeniero White y Puerto Galván anunciaban la trasferencia definitiva del Puerto a la provincia y de ésta al Consorcio de Gestión. Esto significó en la práctica, la puesta en marcha del primer puerto autónomo de la República Argentina;
Que las acciones iniciales tendieron a concretar los adelantos necesarios para el mejor funcionamiento, luego de largos años o décadas de centralismo estatal. De esta manera, el Puerto de Bahía Blanca se ponía a la cabeza de las trasformaciones portuarias de América Latina, con una persistente voluntad de lograr mejores ventajas comparativas y alcanzar estándares internacionales para incrementar su funcionamiento;
Que para transformar la estructura existente en algo acorde al competitivo mundo finisecular se establecieron principios rectores. La primera estrategia apuntó a consolidar el sistema de cargas a granel, cuyo destino primordial era Brasil. Otra línea de acción fue buscar una relación adecuada entre oferta y demanda de infraestructura y servicios portuarios de todo tipo; así como lograr la tercerización de operaciones a través de concesiones y permisos que aseguren la necesaria participación privada en el crecimiento del puerto. En algunos casos, el propio Consorcio actuó como locador de esos servicios tercerizados, como una forma de garantizar la continuidad laboral de muchos trabajadores vinculados al puerto;
Que a menos de un año de tomar el control, se logró un acuerdo significativo con los trabajadores portuarios cuyo primordial objetivo se centró en buscar respuestas conjuntas para mejorar por un lado las prestaciones en los servicios a los usuarios, y por el otro las condiciones de laborales de los trabajadores. Este aspecto ha resultado una preocupación constante en estos 20 años de gestión;
Que durante el primer año el crecimiento fue continuado y sostenido, tal como lo revelan las estadísticas. A modo de ejemplo basta citar que en 1994 resultó el principal puerto exportador del país de cereales y subproductos, con una salida de tres millones de toneladas, sobre un total cercano a los once millones. Un año más tarde, la primera cifra lograba un crecimiento superior al 12%, mientras que en otros rubros como la carga general, el incremento era de casi un 20%. En esos primeros meses además, empresas portuarias realizaron inversiones por varios millones de dólares en sus terminales y se notó un incremento en la actividad pesquera;
Que la transformación económica de la década significó también un momento de fuerte vinculación al capital internacional, a partir de la radicación en el país de compañías multinacionales que operaron básicamente en el rubro industrial y en los servicios. Estos capitales llegaron atraídos por las reformas que propiciaron las leyes impulsadas por el Gobierno a partir de 1991. Este proceso tuvo una fuerte repercusión en la ciudad, ya que de ser predominantemente boca exportadora de la producción de su hinterland rural vió como nuevas actividades comenzaron a generar otro tipo de productos, tendencia que se consolidaría en la segunda mitad de los años 90;
Un objetivo: mantenerse como puerto de aguas profundas.
Que mantener la profundidad de una terminal portuaria requiere periódicos trabajos de dragado y mantenimiento para asegurar óptimas condiciones de navegabilidad. Así, durante 1995 se realizaron las gestiones ante diversos organismos de asesoramiento y contralor provinciales, cuya coronación llegó con la firma de los Convenios de aporte del 33% por parte tanto de la Provincia como de la Nación, y que hicieron posible el llamado a licitación y posterior contratación de los trabajos que permitieron garantizar por 5 años las condiciones de profundidad oportunamente alcanzadas;
Que los balances generales arrojaron que el primer bienio de gestión autónoma significó un incremento de las ventajas, al reducirse un 12% el costo portuario global, a la vez que se ofrecía mayores servicios. Asimismo, ese año la exportación cerealera se incrementó en un 30%. Pero 1995 no fue solamente el año de los buenos números, ya que durante el mismo se aprobó el “Plan Director del Puerto”. Éste consideró como sus principales objetivos la expansión en tierras; la continuidad de la capacitación a trabajadores, empleados y terceros; la detección de posibles ejes de expansión; el crecimiento armónico y ordenado, la mejora de las vías de comunicación; el incremento de cargas generales, convencionales y contenedores; y un proyecto de zonificación del área portuaria;
Que mientras nuevas ideas se gestaban: el área de Ingeniería y Desarrollo continuó las importantes obras que llevaba adelante. Junto al Consorcio, la Prefectura Naval Argentina acompañó las transformaciones siempre a la altura de las circunstancias. Su tarea primordial se desarrolló en áreas vinculadas con la seguridad marítima y portuaria, el control y la regulación de los muelles y la asistencia en todo lo requerido con una innegable vocación de servicio;
El momento del despegue
Que a las ventajas competitivas mencionadas que el Puerto tenía por sí mismo, se sumaron otras políticas de promoción a la radicación de industrias, establecidas para la provincia de Buenos Aires por la ley Nº 10547 y reglamentada por el decreto 1904/90. Todo este proceso generó una afluencia de capitales desconocida hasta el momento en toda Bahía Blanca, y una serie de transformaciones económicas sólo comparables por su magnitud a las producidas en las dos últimas décadas del siglo XIX. Como ejemplo basta mencionar que esta ciudad fue la que recibió la mayor cantidad de inversiones directas entre 1995 y los primeros ocho meses del 2000. Estos capitales llegaron para colocarse casi en su totalidad en industrias del tipo petroquímico, radicadas en el sector lindero al portuario;
Que este crecimiento dado en un marco de seguridad administrativa y jurídica fue explosivo, posiblemente uno de los procesos de mayor crecimiento económico experimentado por la ciudad. Como no podía ser de otra manera en un enclave que nació y creció junto a su puerto -y gracias a él- éste volvió a ser protagonista de la trasformación. Dos de éstos emprendimientos, Profértil y MEGA, bastaron para convertir radicalmente el panorama portuario. Gracias a ellos se ocuparon casi en su totalidad las 120 hectáreas de terrenos ganados al mar mediante refulado, en la zona antes conocida como “Cangrejales”;
Que quizá debiéramos detenernos y analizar este fenómeno que puede ser considerado la piedra angular de la transformación operativa de nuestro puerto, ya que una obra estratégica encarada por el Gobierno nacional en la década de los ’80 se convierte en el génesis de todo un proceso de fuertes inversiones y expansión comercial;
Que en efecto, la obra de dragado de profundización para buques de hasta 45 pies de calado, con una inversión de 160 millones de dólares realizada por el Estado, posibilitó la consolidación de una superficie de terreno muy importante y con acceso directo al canal principal en un sector de máxima profundidad. Las condiciones
económicas imperantes a mediados de los ‘90 favorecieron la radicación en el sector de los emprendimientos antes mencionados, y su puesta en servicio a su vez determinó un cambio radical en la composición de cargas del puerto, aportándole mayor diversidad y menos estacionalidad respecto de los tradicionales productos agroindustriales operados;
Que este fenómeno, sumado a las ampliaciones efectuadas en las plantas petroquímicas ya existentes, determinan la existencia de una oferta mercaderías que debe ser transportadas en contenedores y otorgan nuevo impulso a los esfuerzos que venía realizando el puerto para incrementar este tipo de tráfico;
Que esas inversiones agudizaron la necesidad de lograr más tierras para el complejo portuario, especialmente al oeste del Puerto Galván y al este de Ingeniero White. Mientras tanto, se realizaban gestiones con compañías navieras para promover el movimiento de mercaderías secas y congeladas. Como éstas requieren de considerable mano de obra, se vislumbraron como una solución a los problemas de empleo de la población local;
Que el asentamiento de grandes empresas generó expectativas en la estación marítima, y la voluntad de profundizar las mejoras para incrementar los servicios y la seguridad en la navegación. Hacia fines de 1997 se firmó el contrato para la implementación de un sistema de control de tráfico marítimo (VTS). Este significó un incremento en la eficiencia y seguridad a partir de la vigilancia táctica por medio de radar. Además, se realizaron convenios con el Servicio de Hidrografía Naval para el mantenimiento del balizamiento del canal de acceso, tareas que son solventadas por el Consorcio de Gestión. Por otro lado, se suscribió un acuerdo con Prefectura Naval Argentina para la extracción de cascos hundidos, con la finalidad de generar el marco legal que permita realizar dichos trabajos y contar con mayor cantidad de sitios utilizables;
Nuevo mileno, nuevos horizontes
Que con la llegada del nuevo milenio, se puso en marcha la segunda gran aspiración del Consorcio, además del dragado –cuyo contrato de realización se signó en marzo de 1999 con la empresa nacional que, asociada con otra extranjera, resultó ganadora de la licitación. Esta obra era nada menos que la construcción de un muelle multipropósito que permitiera el arribo de navíos de hasta 270 metros de eslora. Dicho emprendimiento, cuyo costo inicial rondaba los doce millones de dólares, significaría además una mayor diversificación de operaciones, a partir del movimiento de contenedores. Esta forma de embarque facultaría la salida eficiente de producción regional y el incremento en la ocupación de mano de obra, con el consecuente beneficio social que ello implica;
Que durante ese mismo período, se finalizaron las obras y comenzó a operar la planta elaboradora de malta perteneciente a la firma Cargill S.A., una inversión de U$S 40.000.000 y una capacidad de producción de 85.000 tn/anuales de malta, sobre una superficie de aproximadamente 11.500 m2;
Que lo mismo ocurrió con los trabajos de la Planta de Fraccionamiento de Hidrocarburos Líquidos de Mega S.A., la cual tendría una capacidad de producción de 540.000 t/año de etano, 365.000 t/año de propano, 235.000 t/año de butano y 210.000 t/año de gasolina;
Que la necesidad de tierras para asegurar un crecimiento satisfactorio se vio cubierta al año siguiente con la compra del muelle y las tierras aledañas a la usina “Luis Piedra Buena”. Esta operación permitió ampliar la superficie total del puerto casi en un 50%, ya que se obtenían 60 hectáreas y la posibilidad de lograr otras tantas a partir del refulado del predio lindante, incorporándose asimismo una terminal de embarque en plena operación que hasta ese momento se encontraba en gran parte fuera de su jurisdicción;
Que mientras tanto, las tareas de dragado se realizaban sin inconvenientes técnicos, pero con dificultades de otro tipo: la devaluación significó un golpe duro para el ente, que además solventaba la construcción del muelle multipropósito. Sin embargo, esfuerzo, tenacidad e imaginación se sumaron para que se pudiera dar continuidad a la labor encarada y ambos contratos fueron renegociados y las obras culminadas satisfactoriamente;
Que quizá el aspecto mas destacado e hilo conductor que une estos 20 años de gestión autónoma, es la constante ratificación del interés que despierta Bahía Blanca a la hora de elegir un puerto para invertir en el desarrollo de una nueva terminal portuaria por parte de importantes operadores, principalmente de graneles;
En ese contexto, fueron otorgadas dos nuevas concesiones de uso para la instalación de sendas terminales portuarias para el embarque por vía marítima de cereales y minerales respectivamente;
Que la primera de ellas corresponde al emprendimiento presentado por la firma Louis Dreyfus Commodities Argentina, a quien se le cedió por un período de 30 años una superficie de terreno de 16,5 Has ubicada en el sector denominado “Cangrejales”, adyacente a la concesión de Compañía Mega S.A. y el espejo de agua lindante a la misma con destino a la construcción y explotación, a su exclusiva costa y cargo, de una terminal portuaria destinada al almacenaje y embarque de granos y subproductos. Este emprendimiento comenzó sus operaciones en el año 2012;
Que la segunda concesión fue otorgada a la firma Potasio Río Colorado S.A., sobre una superficie de 75 Has. aproximadamente, situadas en el extremo noreste de la jurisdicción portuaria, donde la concesionaria comenzó la construcción de instalaciones para recepción, acopio, compactación y embarque de cloruro de potasio con destino a la exportación;
Que el Consorcio participó activamente en la concreción del proyecto de la Zona Franca Bahía Blanca-Coronel Rosales, y conjuntamente con la Cooperativa Eléctrica de Punta Alta conformaron Zona Franca Buenos Aires Sur S.A., empresa que resultó adjudicataria de la concesión para la construcción y explotación de dicho emprendimiento, cuya inauguración de la Zona Operativa I, ubicada en Puerto Rosales, se produjo en el mes de Octubre de 2010;
Que ese mismo año, con motivo de producirse el vencimiento del contrato de mantenimiento de las profundidades operativas, se comenzó a trabajar en la elaboración de la documentación de base para un nuevo llamado a licitación que permita dar continuidad a los trabajos de dragado;
Que coincidentemente con ello, se tomó la decisión de lograr una determinante que permita la salida de buques con 45 pies de calado en forma independientemente de la condición de marea;
Que esta decisión tuvo su origen en la necesidad de acompañar el proceso de crecimiento del puerto en general, el que con la incorporación de nuevas terminales y el aprovechamiento de los tiempos disponibles de los muelles ya existentes, ve incrementado considerablemente el tráfico de buques de gran porte. El marco de situación actual, pero que en breve será modificado merced a la culminación de esta obra, determina que estas embarcaciones concentren las operaciones de entrada y salida en una ventana diaria de 4 horas, coincidente con los períodos de pleamar, la cual muchas veces no resulta suficiente para la realización de todos los movimientos que se producen, con los consiguientes perjuicios económicos que las demoras generan;
Que se trata evidentemente de una obra que resulta estratégica, no solo para el puerto en particular sino para el país en general, ya que con la ampliación prevista más allá de poder atender con mayores facilidades el tráfico propio, nuestra estación marítima también estará en condiciones de continuar absorbiendo, las eventuales mayores demandas que provengan del proceso de completamiento de embarcaciones provenientes del sector fluvial. De esta manera, la profundidad operativa del puerto de Bahía Blanca también impactará en la ecuación de costos de los puertos ubicados en el Río Paraná, cuya economía de escalas también usufructúa los beneficios que genera la utilización de buques de mayor porte;
Que obviamente, esta ampliación de la capacidad operativa del puerto supone la concreción de una importante inversión económica y es así que mediante la firma de una Carta Mandato, en primera instancia y del respectivo Contrato de Préstamo en una segunda, el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca obtuvo el otorgamiento de un préstamo a largo plazo por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF), con la finalidad de financiar las mencionadas obras de profundización y ensanche del canal de acceso;
Que este organismo de crédito multilateral, promueve el desarrollo sostenible y la integración regional, mediante una eficiente movilización de recursos para la prestación oportuna de servicios financieros múltiples, de alto valor agregado, a clientes de los sectores públicos y privado de los países de América Latina que son sus accionistas;
Que en el plano institucional, desde sus comienzos el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca participó en distintos nucleamientos e instituciones vinculados con las actividades portuarias y marítimas. A nivel nacional, forma parte del Consejo Portuario Argentino y del Consejo Consultivo de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación. En el plano Internacional, participa de la Asociación Internacional de Ciudades y Puertos (AIVP según su sigla en francés) donde el Cr.
BORELLI ocupa la vicepresidencia del Consejo de Administración, en la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA según su sigla en Inglés) donde sus representantes ocuparon varios cargos directivos, incluida 3 veces la Presidencia de la Delegación Latinoamericana. Cabe mencionar que la 13° Reunión Portuaria Latinoamericana de este nucleamiento se realizó en nuestra ciudad en el año 2004 (hay fotos) con la asistencia de representantes de distintos puertos del hemisferio Sudamericano. Por último, también participa del Foro Internacional de Protección de Buques e Instalaciones Portuarias, cuya VII Reunión Internacional se realizará en nuestra ciudad en el mes de Noviembre de 2013;
Que la transformaciones constantes que ha sufrido el puerto a lo largo de una década de experiencia autónoma son fruto de una voluntad continuada de mejorar y competir. En un escenario global complejo, los cambios parecen ser el requisito constante para formar parte del mismo. Y cuando los cambios apuntan al desarrollo, al crecimiento y a la diversificación, pocas alternativas más que el éxito pueden ser su coronación. Una localidad como Bahía Blanca no tendría identidad sin su puerto, aquel que supo llevarla a sus días de esplendor, y que protagoniza en la actualidad su crecimiento más significativo, aquel que hoy festeja una década de impecable trayectoria autónoma ante un horizonte tan ancho como el mar;
Por todo lo expuesto el Honorable Concejo Deliberante en uso de sus facultades sanciona con fuerza de:
ORDENANZA
Artículo 1º: Declarando de Interés Municipal el 20º aniversario de la creación del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.-
Artículo 2°: Remítase copia al CGPBB.-
Artículo 3º: De forma.-