Proyecto de Resolución
Declarando de interés municipal la antología poética “El último hablante” de Osvaldo Costiglia
Expediente: HCD-445/2020
Autor: Carlos Quiroga
Bloque: Frente de Todos
Coautor(es): Lucía Verónica Martínez Zara
Palabra(s) clave(s): antología poética
PROYECTO DE RESOLUCION
VISTO
La publicación de la antología titulada “El último hablante”;
CONSIDERANDO
Que Bahía Blanca es una ciudad que se ha caracterizado por acoger un amplio campo intelectual que ha trascendido el ámbito local del Pago chico, como tituló Roberto J. Payró las crónicas de su paso por lo que entonces era apenas una aldea. Eduardo Mallea, nacido en la ciudad, la llamó La Bahía de Silencio e hizo de ella el escenario de algunas de sus ficciones;
Que más acá en el tiempo, entre los años setenta y noventa, figuras como Héctor Libertella o Amalia Jamilis la colocaron en el concierto de las letras nacionales. En nuestros días, autores como Guillermo Martínez, Luis Sagasti, Mario Ortiz o Sergio Raimondi, entre tantos otros, concitaron el reconocimiento de sus producciones literarias incluso más allá de nuestras fronteras. Todos los nombrados consiguieron un estilo propio de pensar por cuenta propia sin mayores concesiones a las modas de época o las ofertas y demandas del mercado. Son voces singulares, que marcan la diferencia en la escena de la literatura nacional.
Que la obra de Osvaldo Costiglia, recientemente reunida en la antología “El último hablante” se inscribe en esa estela de producciones de extraordinario valor de la cual cabe señalar tanto su absoluta novedad así como su alta catadura lírica, que la coloca en el proscenio de la cultura literaria argentina;
Que la poesía publicada en “El último hablante” contó con la compilación de Álvaro Urrutia y prólogo de Guillermo David;
Que dicha antología fue publicada por Ediciones Urania, editorial del bibliófilo Raoul Veroni y que reúne poemas de dieciocho libros escritos en veinte años, desde el años 2000 hasta ahora;
Que Osvaldo Costiglia nació en 1940 en Bahía Blanca. Estudió en la Escuela Nacional de Comercio y luego se graduó como ingeniero químico en la Universidad Nacional del Sur. Vivió varios años en España en la década de los 80´
Que publicó “Los laberintos rotativos” (Madrid, 1989), “Umbral del resplandor” (Fondo Municipal de las Artes, 1999), “Poeta de los paisajes” (plaqueta, 2000) y “Arquitectura celeste” (Vox, 2011);
Que además posee una importante obra inédita cuya mayor parte aparece hoy publicada en “El último hablante”;
Que en la selección realizada por Álvaro Urrutia se reúne poemas de Ciudades de invierno (2000); Palabras asediadas (2001-2004); Un pie en la orilla (2006-2006); Destino de la voz (2007); Envés de la palabra (2007-2008); Tiempo secreto (2008-2009); Palabra ganada (2010-2011); Aquí mismo (2010); Es el mundo (2010-2011); Microcosmos (2011); Cae una hoja (2013); Cédula de identidad (2013); Bajo especie de sueños (2015); Tránsitos y transiciones ((2015); Entreacto (2018); A poste restante (2019); Si alguien pudiera estar aquí (2020);
Que Costiglia es ingeniero químico egresado de la Universidad Nacional del Sur. Ese oficio que ha ejercido durante cierto período como empleado de una conocida fábrica local, en apariencia tan alejado de la poesía, sin embargo ha dejado en él la preocupación por la precisión en el lenguaje, que cincela con el mismo cuidado con que resuelve complejas ecuaciones diferenciales, siendo las matemáticas, junto a la historia y la filosofía, otra de sus pasiones.
Que Costiglia, de larga militancia en las filas de la izquierda nacional, padeció los períodos de oscurantismo e indigencia moral que han afectado al país y la ciudad. Sin embargo, ello no ha hecho mella en su poesía, su verdadero oficio, que ejerce desde hace más de medio siglo, junto a la enseñanza y la conversación, el arte gentil donde muchos han encontrado en él un maestro de vida, no solo de literatura;
Que a poco de reiniciada la etapa democrática Costiglia hubo de marchar, como emigrante económico, a España, donde durante una década trabajó como empleado fabril y, sobre todo, amplió su mapa ideológico y su formación intelectual en contacto con la lengua madre de la cual, sin embargo, se propuso dar su propia versión;
Que a su regreso al país, a mediados de los noventa, con un libro bajo el brazo y muchos originales a la espera, el Fondo Municipal de las Artes publicó Umbral del resplandor, donde antologó su poesía producida entre 1973 y 1999;
Que desde entonces hasta el presente prohijó una punta de libros que circularon entre sus amigos y en numerosas jornadas de lectura pública donde Costiglia fue tejiendo casi como un secreto finamente cultivado una red de devotos lectores. Hoy esos poemas aparecen reunidos en El último hablante, libro que honra las letras bahienses y justifica el reconocimiento público por parte del Estado Municipal, a quien no ha cejado en sostener con empeño un oficio, acaso el más noble que pueda concebirse en las artes de la palabra, como es el de la poesía, acaso la más notable herencia que las culturas legan a las generaciones venideras;
Que Costiglia dice de si mismo que pertenece a “la generación de la Segunda Guerra Mundial, para tomar una referencia internacional o a la generación que asistió al nacimiento del peronismo a nivel nacional… Mi pasión por la literatura y por la poesía –que considero son dos cosas relacionadas pero distintas- atravesó toda mi vida, desde la juventud. Siempre escribí y siempre me acompañó la insatisfacción por los logros que momentáneamente me pareció alcanzar, que es el motor que me sigue impulsando en este oficio de nieblas”;
Que hemos visto a Osvaldo Costiglia apoyar las causas más nobles a las que ha entregado una reflexión permanente basada en el conocimiento vastísimo de las culturas y una comprensión cabal de los destinos de las sociedades. Y hemos disfrutado no solo de sus traducciones (fundamentalmente de poesía italiana, una de sus inspiraciones y referencias permanentes) y de su poesía, sino, y sobre todo, de su enseñanza oral, en la que con cadencia humilde ha incitado a varias generaciones de artistas y escritores bahienses a indagar en los misterios de las letras. Pero todo esto empalidece ante la dimensión humana, atravesada de bondad y nobleza, que ha sabido comunicar en el contacto cotidiano entre aquellos a los que siempre considera sus pares, cualquiera sea su edad y condición. Porque su igualitarismo, base ética de su poesía, es la clave de bóveda que sustenta la potencia tanto de sus palabras como de sus actos;
Que Álvaro Urrutia sostuvo sobre la poética de Costiglia “Ella no es un bostezo entre los constantes trabajos del ingeniero químico, del intelectual, del militante, del traductor… Costiglia, en su poesía, vuelve y revuelve su propia experiencia pasada y presente; entregándonos, con tono que jamás llega a melancólico, su mirada de la realidad con mil vetas por donde se abre camino la comprensión de un contexto nunca fácil. Se decide por la profundización con el riesgo ineludible de abismarse siempre en las entrañas del lenguaje. La experiencia y el compromiso con su tiempo lo obligan a esta llevar a cabo tamaña empresa”;
Que el poeta y periodista Gerardo Burton expresó en torno a la obra de Costiglia: “cierta vez, Juan Gelman sostuvo que la poesía es palabra calcinada. Si esa afirmación no resulta exagerada, en el caso de Costiglia la palabra ha sido puesta en un altar, donde se ha transfigurado para que la poesía sea. Se convierte, así, en ofrenda pura. Qué otro lugar puede elegir un poeta cuya obra se compuso con paciencia y tozudez, en soledad y con cierta extranjería y cuya mirada sobre la realidad, sobre las gentes y sobre las palabras y los afectos concita seguidores que se definen como discípulos suyos”;
Que en el prólogo de “El último hablante” Guillermo David se pregunta ¿De qué está hecha la biografía de un poeta? “Es lícito tramar su vida, como cualquier vida, con eventos meramente exteriores donde venturas y catástrofes se reparten en forma equitativa -aunque con una fuerte inclinación hacia lo último, naturalmente. La antigüedad latina fue prolífica en un género específico: las vidas de santos. Una hagiografía propende al ministerio moral y la suscitación de exempla imitativos, apela, por contraste, a la culpa de ya no ser. Hoy no es una opción ser santo. Porque no se sabe qué hacer con el santo: escapa a toda regla, es una vacuidad abstrusa que no cabe en la trama de cadenas que conforman el mundo contemporáneo. Su ejemplo no es ejemplo de nada, es solo singularidad, la de aquel que comulga con lo sagrado. La vida de un poeta del tipo de Osvaldo Costiglia debería adscribirse, forzándolo, al género hagiográfico. No porque sea un santo, ni mucho menos -aunque sí, para muchos de nosotros, un ejemplo de ética militante: solidaridad, humildad, bonhomía, sensatez, son lugares comunes con que asociamos a su figura. Sino más bien por su capacidad de entender las cosas siempre desde las razones del otro, en primer lugar, concediéndole una entidad no siempre merecida, pero de la cual extrae algo, un zumo vital que activa encapsulándolo en nuevos relatos, en alegorías con vocación reparadora. Las formas de la dicha en la poesía de Costiglia se vuelven así un ensimismamiento con el que construye pequeñas gemas cinceladas, desbastadas de la dura piedra del castellano, que entrega como dádivas prístinas y enigmáticas a un mismo tiempo”;
Que Borges ha escrito que al mundo lo salvan un puñado de justos, que cultivan el honor y el bien, sin que acaso nadie sepa de su labor casi secreta. Podemos decir que Osvaldo Costiglia, en Bahía Blanca, es sin duda uno de ellos;
POR TODO LO EXPUESTO EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE EN USO DE SUS FACULTADES
RESUELVE
ARTICULO 1. Declarar de interés municipal el libro de antología poética 2000 – 2020 “El último Hablante” de Osvaldo Costiglia publicado por Ediciones Urania.
ARTICULO 2. Remitir copia de la presente resolución al autor Osvaldo Costiglia y al compilador de la obra Álvaro Urrutia.