Mañana miércoles, el HCD otorgará la distinción de Reconocimiento Ciudadano a las Sras. Nora Morales de Cortiñas y Mirta Acuña de Baravalle por su labor profesional, su trayectoria y los aportes realizados en materia de Derechos Humanos a nivel nacional e internacional.
El acto, se desarrollará en el recinto de sesiones desde las 11hs y permitirá distinguir a Nora Cortiñas, cofundadora de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Psicóloga Social y Profesora en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, y a Mirta Baravalle, otra de las doce fundadoras de las asociaciones Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo.
Desde 1998, Cortiñas es titular de la Cátedra de “Poder Económico y Derechos Humanos” de la UBA. Ha sido nombrada también Doctora HonorisCausa por la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica en el año 2000. Asimismo, la Universidad de Salta le concedió el 2004 un doctorado Honoris Causa, por su trayectoria en defensa de los derechos económicos y sociales de la población Argentina.
Su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, militante del Partido Peronista, fue detenido y desaparecido en Buenos Aires, el 15 de abril de 1977, cuando trabajaba en el INDEC, por parte de miembros de las fuerzas armadas.
Desde 1977 Nora Cortiñas forma parte de las Madres de Plaza de Mayo, que reclamando a las autoridades el castigo para los culpables de los secuestros, torturas y desapariciones forzadas de 30.000 personas durante la dictadura militar de 1976 a 1983.
Mirta Baravalle, otra de las fundadoras de las Asociaciones Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, sufrió el secuestro y la desaparición de su hija Ana María Baravalle el 28 de agosto de 1976 durante la dictadura militar, quien se encontraba embarazada, junto a su yerno Julio César Galizzi. Baravalle buscó durante varios meses a sus familiares sola y sin apoyo.
En junio de 1986, en los Tribunales de Comodoro Py declaró en el marco de la causa “Robo de bebés”. Con toda su entereza, valentía y hablar pausado, testimonió durante tres horas. Cada palabra, con detalle y precisión, dio cuenta de los primeros momentos de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo. Allí, desde esa enorme silla frente a los jueces, el ejercicio de Memoria de contar y nombrar durante los últimos 35 años todo lo sucedido después de la desaparición forzada de su hija, se volvió Justicia.