Por su dilatada carrera profesional y los valores que ha exhibido en los diferentes ámbitos en los que ha actuado, el Concejo Deliberante declaró Personalidad Destacada de la ciudad, al destacado oncólogo bahiense reconocido a nivel internacional, Mario Carlos Aggio.
Nacido en 1939, cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Bahía Blanca y los universitarios de Medicina en la Universidad de Buenos Aires, graduándose en 1961, recibiendo Diploma de Honor. Está casado con Adriana Maria Izurieta, de cuya unión nacieron 4 hijos.
Se formó con compañeros y docentes como Bernardo Alberto Houssay, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1947; Eduardo Braun Menéndez; y Osvaldo Fustinioni, con quien tomó clases de semiología en el antiguo Hospital de Clínicas.
Accedió a una beca del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y estudió en Jujuy la adaptación del hombre a la falta de oxígeno, para conocer la producción de glóbulos rojos en condiciones de baja cantidad de aire, tema de su tesis de Doctorado en Medicina;
También se especializó en Hematología y Hemoterapia en el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires;
Fue escogido como Delegado argentino al Programa de Intercambio de Hematólogos Latinoamericanos en 1975 y distinguido con el premio “Vilfrid Baron”, otorgado por la Asociación Argentino-Norteamericana por el trabajo “Metabolismo del hierro en la aplasia eritropoyética experimental en 1977”.
El Dr. Aggio tuvo a su cargo por 30 años la cátedra de Fisiología en la Universidad Nacional del Sur y fue profesor de Medicina en la Universidad de Tennessee, en Estados Unidos.
En ocasión del juicio realizado en nuestra ciudad donde se investigaron delitos de lesa humanidad, el Dr. Aggio fue citado a declarar como testigo, al haber sido detenido cuando se desempeñaba como director del Departamento de Biología de la UNS, por una infundada denuncia de un colega, derivando ello en los golpes recibidos, y la detención ilegal. Es de destacar la actitud del Dr. Aggio cuando el juez interviniente pretendió saludarlo extendiendo su mano la que fue rechazada, recordándole el carácter ilegal del procedimiento.
En la actualidad continúa colaborando con el desarrollo de las “Residencias Médicas”, no solo en lo científico sino también en el trabajo cotidiano para garantizar la permanencia de las mismas.
Sus colegas y allegados lo describen como una persona de pocas palabras y mucho coraje, siendo que sus actividades tanto científicas como médicas asistenciales se caracterizan por ser justas, sencillas y definidas, distinguiéndose por su emblemática y enorme modestia.